Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100297
Legislatura: 1889-1890
Sesión: 1 de junio de 1890
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Marqués del Pazo de la Merced.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 200, 4145-4146.
Tema: Política del Gabinete presidido por el Sr. Sagasta.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Yo siento mucho molestar a estas horas a los Sres. Senadores; pero no puedo dejar pasar desapercibidas ciertas insinuaciones del Sr. Elduayen.

Dice S.S. que yo no tengo la confianza de la Corona, y la prueba evidente para S.S. está en que no planteo la cuestión de confianza, porque si estuviera seguro de ella la plantearía. [4145]

¡Señor Elduayen! teniendo yo la convicción de que me honro con esa confianza, me parece que sería un agravio para S. M. plantear una cuestión de confianza; porque, como no hay motivo alguno para ello, al plantear yo esa cuestión podría decirme S. M. la Reina: ?Y ¿qué motivo le he dado a usted para dudar de la confianza??

No, Sr. Elduayen; se plantea la cuestión de confianza cuando de esa confianza se duda; pero cuando se tiene la convicción de conservar la confianza y no ha habido acto ni motivo de ninguna especie que me haga dudar de ella, hasta me parece, como he dicho antes, un agravio para S. M. plantear semejante cuestión. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: Y en enero, ¿tuvo S.S. motivos para dudar?)

En enero no planteé yo cuestión alguna de confianza; lo que hubo fue que, aprovechándome de la salida de los Ministros, quise en beneficio de la conciliación hacer una crisis general, para lo cual me ayudaron con mucho gusto todos mis compañeros; y propuse a S. M. la Reina que, utilizando aquella crisis, se viera si se podía ensanchar el partido liberal, y restablecer los horizontes que había tenido antes y dije: hago la crisis para ver si logro la conciliación. (El Sr. Marqués del Pazo de la Merced: Y cuando se vio que era posible, se encargó S.S. en demostrar lo contrario). Pues me encargué de lo que me pareció conveniente; porque si después de haber hecho cuanto puede hacerse para que se realizara la conciliación, todavía se me atribuye que fui un obstáculo para que la conciliación se llevara a cabo, después de haber demostrado aquí, en el Congreso y en todas partes lo contrario, ¿qué voy a hacer? ¿Me he de pasar la vida haciendo estas manifestaciones para que al día siguiente tenga que repetirlas? No estoy dispuesto a eso; por consiguiente, entonces hice lo que creí oportuno.

Todavía tendría que contestar algo a las inocentadas de S.S.; pero me parece que lo mejor que puede hacer es acabar, porque sin necesidad de declarar la sesión permanente, creo que permanente se va haciendo, y no quiero contribuir por mi parte a que continúe. [4146]



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